La Policía Nacional esclareció el asesinato de dos vendedores de papa y verduras que habían desaparecido, y arrestó a dos sospechosos, uno de los cuales “cantó” dónde estaban semienterrados los cuerpos y la moto en la que viajaban las víctimas, además, dio detalles de cómo y por qué cometieron los delitos.
Los nombres de los sospechosos no fueron dados a conocer para no entorpecer las investigaciones, pero el autor principal del crimen ya había cometido otro asesinato en el municipio del Cua, departamento de Jinotega.
Las víctimas, quienes eran originarias de Jinotega, respondían a los nombres de Cairo José Gutiérrez Torres y Ada Julia Morán Guardado, de 43 años, quienes el sábado 23 de mayo recibieron una llamada telefónica. Les ofrecieron 400 quintales de papa, los que había que ir a traer al sector de La Granja, al este de la ciudad de Matagalpa.
El interlocutor de las víctimas les pidió que llevaran dinero, porque la papa estaba en campo, pero todo era una celada para asesinarlos, aseguró Rogelio Ramón Gutiérrez González, padre de Cairo José.
Las víctimas fueron a la casa de quien les había ofrecido la papa, el cuidador de una pequeña finca, quien los llevó a la orilla de un plantío de ayotes y ahí los asesinó a machetazos, luego los enterró a unos 200 metros de la vivienda.
Para borrar toda huella, también enterró la motocicleta a unos 150 metros de distancia de los cuerpos.
EL MÓVIL
La víctima, Morán Guardado, era la intermediaria, porque hacía el contacto con los productores de papa y de verduras, y luego ella ofrecía el producto al comerciante, y juntos iban a verlo, por lo que el 23 de mayo salió con Gutiérrez y ya no regresaron.
“Interpusimos la denuncia en la Policía de Jinotega, porque en Matagalpa, en San Ramón y La Dalia, no nos hicieron caso”, se quejaron el padre y los hermanos de la víctima, Jorge Armando y Haming Gutiérrez Torres.
Comentaron que hasta que intervino la Policía de Managua pudieron dar con el paradero de las víctimas, porque el oficial que enviaron esclareció el delito en dos días tras organizar la captura del principal sospechoso, quien estando cautivo confesó el crimen cuyo móvil fue el robo del dinero, pero aparentemente los comerciantes no llevaban nada.
9 homicidios por cada 100,000 habitantes ocurren en Nicaragua.
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