Familiares, vecinos y amigos sepultaron en medio
de un ambiente de pesar a Andrea del Socorro Rivas Ruiz, de 36 años,
quien pereció luego de ser arrastrada por las aguas del río El Jocote,
ubicado a unos 27 kilómetros al noreste del municipio esteliano de
Condega.
Rivas Ruiz era una dama emprendedora que para mantener a sus tres hijos --entre ellos a una adolescente--, lavaba y planchaba ajeno.
La mañana del 24 de mayo decidió alistar su caballo y viajar desde la comunidad Plan de Grama, hasta el casco urbano del municipio jinotegano de San Sebastián de Yalí, en donde compraría alimentos para sus vástagos.
Después de realizar varias diligencias, decidió retornar a su casa, pero a medio camino la sorprendió un tremendo aguacero.
Según los familiares de la dama, ella creyó que el río de la comunidad El Jocote no estaba tan hondo y se introdujo en él, por lo que las corrientes la arrastraron, y murió por asfixia por sumersión junto a su bestia.
Como al día siguiente --25 de mayo-- debía lavar y planchar ropa ajena, a todos los extrañó que no llegara, y por la lejanía no pudieron informar a la Policía, sin embargo, en horas de la mañana de ese día, unos labriegos descubrieron el cuerpo sin vida en un remanso, a pocos metros del cementerio de la comunidad Jocote Abajo.
La Dirección General de Bomberos, la Defensa Civil, la Policía esteliana y la Cruz Roja han insistido para que los pobladores tomen las medidas de precaución cuando los ríos estén crecidos, para evitar tragedias como la ocurrida.
Rivas Ruiz era una dama emprendedora que para mantener a sus tres hijos --entre ellos a una adolescente--, lavaba y planchaba ajeno.
La mañana del 24 de mayo decidió alistar su caballo y viajar desde la comunidad Plan de Grama, hasta el casco urbano del municipio jinotegano de San Sebastián de Yalí, en donde compraría alimentos para sus vástagos.
Después de realizar varias diligencias, decidió retornar a su casa, pero a medio camino la sorprendió un tremendo aguacero.
Según los familiares de la dama, ella creyó que el río de la comunidad El Jocote no estaba tan hondo y se introdujo en él, por lo que las corrientes la arrastraron, y murió por asfixia por sumersión junto a su bestia.
Como al día siguiente --25 de mayo-- debía lavar y planchar ropa ajena, a todos los extrañó que no llegara, y por la lejanía no pudieron informar a la Policía, sin embargo, en horas de la mañana de ese día, unos labriegos descubrieron el cuerpo sin vida en un remanso, a pocos metros del cementerio de la comunidad Jocote Abajo.
La Dirección General de Bomberos, la Defensa Civil, la Policía esteliana y la Cruz Roja han insistido para que los pobladores tomen las medidas de precaución cuando los ríos estén crecidos, para evitar tragedias como la ocurrida.
