Una banda filarmónica iba anunciando con su melodía, que la reina había llegado. Detrás desfilaron los mejores caballos con montados finamente vestidos para recordar que estaban en la cuna del hipismo nacional.
Al centro, Nastassja Bolívar, Miss Nicaragua 2013, acomodada en un carruaje descapotado y halado por caballos, saludaba al pueblo que le profesaba muestras de cariño.
Después de recorrer las calles de Diriamba, la reina descendió al llegar al atrio de la Basílica Menor de San Sebastián, donde se realizó el acto central del recibimiento.
Ahí, el alcalde de la ciudad caraceña, ingeniero Fernando Baltodano, elogió a Nastassja por su belleza, pero sobre todo por la humildad con la que se entregó a la población sin importar estratos sociales; así, la reina posó para ser fotografiada junto a varios de los personajes más populares de las calles diriambinas.
Asimismo, el edil entregó a la soberana de la belleza nacional, una placa en la que se le declara Hija Dilecta de la cuna de El Güegüense. “Estoy muy feliz de estar en mi Diriamba, de donde tengo muchos recuerdos montando caballos en La Boquita, de bañarme en el río La Máquina”, dijo la reina.
La tradición futbolística de la ciudad también se hizo presente en el acto, cuando los jugadores Eulises Pavón y José Ángel Carballo, en representación del equipo Cacique Diriangén, entregaron a la reina la casaca blanquinegra que les distingue y en cuya parte posterior se leía: Nastassja.
Los bailes folclóricos fueron parte del acto público, que contó con la población como audiencia.
Al concluir el evento, Nastassja se dirigió al altar del Santísimo Sacramento a ofrecer un ramo de flores, acto que repitió ante la imagen de San Sebastián, patrono de la tierra del Toro Huaco.
Posteriormente fue homenajeada con un almuerzo tradicional, en el que no podía faltar el famoso picadillo, sello de la cuchara diriambina, y se dio lectura al árbol genealógico que la ata a la ciudad. Finalmente, Nastassja bailó El viejo y la vieja, danza autóctona de la ciudad.
Al centro, Nastassja Bolívar, Miss Nicaragua 2013, acomodada en un carruaje descapotado y halado por caballos, saludaba al pueblo que le profesaba muestras de cariño.
Después de recorrer las calles de Diriamba, la reina descendió al llegar al atrio de la Basílica Menor de San Sebastián, donde se realizó el acto central del recibimiento.
Ahí, el alcalde de la ciudad caraceña, ingeniero Fernando Baltodano, elogió a Nastassja por su belleza, pero sobre todo por la humildad con la que se entregó a la población sin importar estratos sociales; así, la reina posó para ser fotografiada junto a varios de los personajes más populares de las calles diriambinas.
Asimismo, el edil entregó a la soberana de la belleza nacional, una placa en la que se le declara Hija Dilecta de la cuna de El Güegüense. “Estoy muy feliz de estar en mi Diriamba, de donde tengo muchos recuerdos montando caballos en La Boquita, de bañarme en el río La Máquina”, dijo la reina.
Los bailes folclóricos fueron parte del acto público, que contó con la población como audiencia.
Al concluir el evento, Nastassja se dirigió al altar del Santísimo Sacramento a ofrecer un ramo de flores, acto que repitió ante la imagen de San Sebastián, patrono de la tierra del Toro Huaco.
Posteriormente fue homenajeada con un almuerzo tradicional, en el que no podía faltar el famoso picadillo, sello de la cuchara diriambina, y se dio lectura al árbol genealógico que la ata a la ciudad. Finalmente, Nastassja bailó El viejo y la vieja, danza autóctona de la ciudad.
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